Anudando proyectos. Historia de la RedIPARC
RED DE INVESTIGACIÓN PARTICIPATIVA APLICADA A LA RENOVACIÓN CURRICULAR
“La participación no es un juego, implica la necesidad de ruptura de representaciones colectivas e ideologías cotidianas y significa un proceso de aprendizaje a través del cual se cuestione y se asuma una conciencia crítica de nuestro sentido común”
El Proyecto de Investigación Participativa Aplicada a la Renovación Curricular (RedIPARC) se constituye en proyecto colectivo de una red de Institutos Superiores de Formación Docente de la región central de la Provincia de Buenos Aires, coordinados por el Equipo de Investigación del ISFD Nº 22 “Adolfo Alsina”. Nuclea a Institutos de los distritos Olavarría, Azul, Bolivar, Tapalqué, Rauch, Laprida y Lamadrid.
En sus inicios, la Red estuvo orientada hacia la recuperación teórica de los grados de avance institucionales en los procesos de construcción curricular en la educación básica. Desde el año 2000 y a través de asistencias técnicas coordinadas por los Profesores de los Espacios de la Práctica de los ISFD, la construcción del PCI de las EGB involucradas en el proyecto ha sido objeto de análisis reflexivo y comprometido de los equipos docentes de cada servicio, en un modelo colaborativo e investigativo enmarcado en la Red de Investigación Participativa.
Describiremos a continuación la historia de la constitución de la RedIPARC. Al decir de Sirvent (1999; 211), la historia natural de la investigación pretende reflejar el proceso de construcción del conocimiento realizado a lo largo de estas etapas e incluye la continua ampliación y la validación permanente del campo conceptual a través del aprendizaje sobre el objeto, el conocimiento del mismo, la transformación de las instituciones (tanto las EGB como los ISFD) y de los sujetos individuales y colectivos que se van constituyendo en formadores (maestros) y en formadores de formadores (maestros orientadores de las prácticas, profesores de práctica). La historia natural de la conformación de la RedIPARC incluye también instancias de formación en investigación de estos colectivos conformados por alumnos practicantes, maestros orientadores, profesores de la carrera de formación docente, directivos e inspectores.
Mediante un proceso reflexivo se busca formar la conciencia crítica acerca de la necesidad generar, desde las escuelas, respuestas a la crisis ética, política y económica que atraviesa a toda la sociedad. Es responsabilidad del sistema atender especialmente a los sectores que están quedando excluidos en este proceso de fragmentación social, centrar la formación en la constitución de subjetividades, es decir, en la formación de ciudadanos de la sociedad civil con derechos personales y colectivos. Repensar la escuela como el espacio de construcción de subjetividades, tanto individuales como colectivas, implica transformar el campo educativo en la medida que no solamente los alumnos, sino también los docentes se constituyen en sujetos de derecho, dejando de ser subordinados con obligaciones. Implica transformar la escuela pública, tanto de gestión oficial como de gestión privada, con su carga actual de selección y exclusión en los niveles medios y superiores de la pirámide educativa, en una escuela popular, que tenga respuestas educativas alternativas para cada uno se los sujetos de la educación.
Tal como lo marca Sirvent (2001), es preciso diferenciar entre formas reales de participación y formas aparentes. La participación real ocurre cuando los miembros de una institución o grupo, a través de sus acciones, incide efectivamente en todos los procesos de la vida institucional y en la naturaleza de las decisiones. Supone un cambio, no sólo en quiénes deciden, sino en qué deciden y quiénes se benefician. Es decir, implica un poder de toma de decisiones tanto en la a política general de la institución -en la determinación de las metas, estrategias y alternativas de acción- como en la evaluación permanente del funcionamiento institucional. La participación simbólica se da de dos maneras: acciones a través de las cuales no se ejerce, o se ejerce en grado mínimo, una influencia en la política y la gestión institucional; b) acciones en las que los individuos y grupos tienen la ilusión de ejercer poder autónomo cuando en realidad se está actuando inducido.
Con el trabajo de investigación en red se procura:
- La creación de espacios participativos.
- La producción colectiva de experiencias y conocimiento por parte de los propios docentes.
- La generación de condiciones facilitadoras del crecimiento de estos sujetos sociales: pensamiento reflexivo, objetivación de la realidad y creatividad.
Se trata de instalar la investigación participativa en la elaboración curricular como un proceso de producción colectiva a través del cual la comunidad pueda tomar conciencia de los ajustes y desajustes entre las políticas del estado y las demandas, necesidades e intereses objetivos de la comunidad a la cual se educa. Esto se va dando a través del crecimiento de los grupos en su capacidad de objetivación crítica de manejo reflexivo de información y en su capacidad de comunicarse entre sí los hallazgos en sus investigaciones.
El proyecto de investigación acción participativa pretende construir redes de solidaridad e intercambio entre todos los miembros de la comunidad educativa, buscando la participación real de cada uno de los integrantes de la red. Consideramos, desde esta perspectiva, que la red es parte de una metodología para la acción que permite mantener, ampliar o crear alternativas deseables de buenas prácticas pedagógicas. Cuanto más podamos abrir esas alternativas, los miembros de la organización verán dicha experiencia como una construcción solidaria de su «red» y se verán a sí mismos protagonistas en esa red educativa y social. El trabajo colaborativo y solidario que sostenemos desde el inicio del Proyecto en el año 2000, permite nutrir a cada institución que la conforma según sus necesidades e intereses. Entendido de este modo, el proceso puede dar lugar a la innovación y a líneas de desarrollo curricular. Pero ello requiere consensuar marcos teórico-metodológicos que orienten la reconstrucción de la racionalidad de las propuestas educativas institucionales. Fundamentalmente, demanda identificar desde qué modelos científicos, psicológicos, pedagógicos, didácticos y sociales se configuran los desarrollos curriculares en cada servicio.